martes, 2 de junio de 2009

Víctor Pérez nos informa sobre Alzheimer y demencia

LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER Y LA DEMENCIA

La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia irreversible a causa de un proceso degenerativo en el que se produce una pérdida gradual de neuronas cerebrales pero no se sabe bien por qué sucede eso. Su nombre viene del médico que la diagnóstico por primera vez en 1901.
Las partes del cerebro a las que afecta esta enfermedad son las que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje.
Para explicar la aparición de esta enfermedad hay muchas teorías; unos hablan de causas tóxicas, otros de infecciones, hay investigadores que se inclinan por una causa genética. Pero aunque ninguna teoría excluye a la otra todavía no hay una que explique claramente cuál es la causa de esta enfermedad.
Entre los síntomas generales que pueden avisar de la presencia de esta enfermedad están:
- Pérdida de memoria.(no recordar si se cerro la puerta con llave)
- Dificultades para realizar tareas habituales (olvido en manejo de electrodomésticos comunes)
- Problemas con el lenguaje (no encontrar la palabra que designa a un objeto)
- Desorientación en tiempo y espacio
- Disminución del juicio (no utilizar la ropa correspondiente a la estación)
- Problemas con el pensamiento abstracto(no son capaces de hacer cálculos)
- Descolocan cosas (poner los zapatos en la lavadora)
- Cambios de humor y de comportamiento.
- Cambios de personalidad
- Pérdida de iniciativa (no hacen nada y pierden interés por el entorno)

Esta enfermedad en su desarrollo pasa por diversas etapas, que varían en su
duración según a la persona que afecte:

- Etapa inicial o leve: los síntomas son leves, se olvidan cosas ocasionalmente y empieza a desorientarse espacialmente.
- Etapa intermedia o moderada: el paciente empieza a ser más dependiente, necesita ayuda para vestirse, lavarse...; se pierde y se muestra confuso.
- Etapa avanzada o terminal: el paciente es dependiente para todas las tareas básicas de la vida. Suelen acabar encamados y fallecen por algún tipo de infección.

A la hora de diagnosticar esta enfermedad es necesaria la colaboración y
estudio de un especialista en demencia o geriatría, que junto con el estudio del enfermo mantendrá entrevistas con el resto de la familia.
Esta enfermedad no tiene cura, aunque últimamente se toman algunos medicamentos que alivian los síntomas más comunes como son la agitación, ola ansiedad, la pérdida del sueño...
Junto a esto existe otro tipo de tratamiento no farmacológico como son los estimulantes cognitivos para la reeducación de la memoria, intentando recordar de forma continua y gradual; y la terapia individual o de grupo con estímulos como el arte, el ejercicio y el baile.

1 comentario:

Pedro García Rivero dijo...

Pienso que esta enfermedad es muy difícil de sobrellevar, y creo que la peor fase de esta enfermedad para el paciente es la intermedia, ésa en la que tiene momentos de lucidez en los que es consciente del final que le espera y que no puede hacer nada por evitarlo. Esa impotencia ante lo inevitable debe ser tremenda. Después, en la fases más avanzadas, no ser consciente de lo olvidado y lo desaprendido debe al menos aliviar el sufrimiento del enfermo, aunque incremente el de sus allegados. Pero ¿realmente no son conscientes de su situación en esa fase final? Más vale pensar que realmente no lo son.